“El discurso académico del nacionalismo lingüístico español es antidemocrático”

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CONVERSACIONES EN EL FORO GOGOA CON JUAN CARLOS MORENO CABRERA*, CATEDRÁTICO DE LINGÜÍSTICA GENERAL EN LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID

“El inglés es una lengua que no se usa en Navarra. El PAI debería considerarlo como lengua extranjera”

“El colonialismo lingüístico convence a la gente de que su lengua propia es menos útil de la que se impone”

“Una comunidad lingüística es objeto de derechos. Los derechos son de las personas y la comunidad, no de territorios”

PAMPLONA – ENTREVISTA DE JAVIER PAGOLA

¿Por qué empezó usted a investigar y escribir sobre nacionalismo lingüístico?

-Mi investigación en este ámbito no es mi especialidad, porque yo soy profesor de lingüística general, me dedico a la lingüística teórica, y ni siquiera soy sociolingüista. Pero acepté un encargo del profesor Carlos Taibo que en el año 2006 estaba compilando un libro sobre el nacionalismo español, tema sobre el que había muy escasos estudios. Escribí un capítulo de 20 páginas sobre los aspectos lingüísticos. En cuanto me puse a la tarea vi que el asunto era más fácil de lo que esperaba. En cualquier libro que abría las ideas sobre el nacionalismo lingüístico español salían por todas partes. Me di cuenta de que, en los medios académicos, el tema es extremadamente visible, pero lo que sucede es que, a la vez, es invisible. Reuní mucho material y, por encargo de otra editorial, escribí el libro “El nacionalismo lingüístico. Una ideología destructiva” Mi idea es que en el Estado español existe un solo nacionalismo, que es el español, aunque haya otros que dicen que ese nacionalismo no existe. Este año 2014 acabo de publicar, en edición digital, Los dominios del Español. Guía del imperialismo lingüístico panhispánico y tengo inédito otro libro Cinco vocales para conquistar el mundo. Errores y horrores del españolismo lingüístico.

¿Qué método sigue usted?

-Digamos que levanto actas notariales. Escribo yo, pero, por ejemplo El nacionalismo lingüístico contiene unas 300 citas de lingüistas, filólogos y pensadores del ámbito académico. Dicen que ese libro es muy duro, pero lo duro no lo he escrito yo. Son párrafos tenebrosos, un museo de los horrores. Por poner esas citas una detrás de otra me achacan que las he sacado de contexto, pero yo no puedo hacer una enciclopedia, quien lo desee puede ir a leer cada una de las publicaciones de las que extraigo las citas. Tomo nota pues de que existe esta ideología del nacionalismo lingüístico, desarrollada a lo largo de siglos, y que no se asocia precisamente a grupos de extrema derecha ni fascistas.

¿Qué plantea esa ideología?

-El punto esencial es que el castellano se ha acabado imponiendo porque es una lengua superior a otras por diversas razones: lingüísticas, sociales, comunicacionales, y otras. El aspecto que considero más preocupante es que los materiales que yo analizo son discursos académicos, de personas que tienen mucha autoridad intelectual y, sobre todo los que son lingüistas, se dedican a poner la ciencia al servicio de las ideas del nacionalismo lingüístico español. Pretenden justificar que el predominio lingüístico del castellano, no sólo en el Estado Español sino en muchos países de América, no se ha debido tanto a la imposición de esta lengua, sino a características propias de la misma que han hecho que sea mejor que otras lenguas. Como decía Menéndez Pidal, “es mejor, más eufónico y se adelantó en su evolución a otras lenguas romances”. Ese discurso se debe criticar desde la lingüística, y eso es lo que yo hago.

¿Cómo considera usted al españolismo lingüístico?

-Opino que el españolismo lingüístico, como toda ideología radical y esencialista, es antidemocrático por naturaleza. La realidad es cambiante y la situación de las lenguas minorizadas no debe darse por consolidada y justa. Referirse a ella como un valioso patrimonio, pero no impulsar su desarrollo, es avocarlas a su desaparición.

¿En el caso de Navarra, qué análisis se hace?

-Es el mismo que el que se hace para el Estado, aplicado a esta comunidad. Aurelio Arteta, catedrático de Filosofía Moral y Política en la UPV, manifiesta detalladamente esta ideología dentro del Libro Libertad o Coacción. Políticas Lingüísticas y Nacionalismos en España editado por FAES, en un capítulo titulado Navarra, un ejemplo… a medias, donde se considera positiva, con matices la política lingüística seguida con el euskera. No deseo entrar en polémica con él, me interesan sólo las ideas, pero agradezco que haya hecho un análisis tan detallado.

¿Cuáles son sus ideas fundamentales?

-La primera, que el euskera es una lengua inferior al español tanto comunicativa, cultural, política, como económicamente. Segunda, el vascuence tiene predominantemente valor sentimental, simbólico y político. En tercer lugar, la minorización del euskera en Navarra es el resultado de un proceso natural y nada o poco tiene que ver con la imposición del castellano; los que acogieron el castellano lo hicieron porque consideraron que era una lengua mejor. Cuarta, el castellano se expandió en Navarra por adopción espontánea y el euskera se intenta extender mediante la imposición. Quinta, la enseñanza generalizada en euskera en Navarra es un disparate dado que sólo la enseñanza en español garantiza el pleno desarrollo psicológico y cultural de las personas. Sexta, los aspectos positivos de la enseñanza en euskera en Navarra se basan en un fraude y en la mala conciencia. Séptima, que la demanda de esa enseñanza se basa en modas pasajeras y superficiales y no tiene ninguna justificación racional. Y la octava, que la legislación a favor del euskera es impositiva, absurda y malintencionada.

¿Alguna cosa llama más su atención?

-Voy a destacar cinco citas textuales del profesor Arteta. Primera que “el euskera no es una lengua de todos los navarros, ni de la misma manera para todos. Lógico y democrático es que el Gobierno de Navarra, por tratar de lo público o lo que es de todos, ponga el euskera, a cada uno, en su sitio”. Otra dice que “aquí rige un principio de adecuación a la realidad sociolingüística. A tal punto es así que, incluso si la situación lingüística existente proviniera, sin lugar a dudas, de abusos anteriores, y a menos que la opresión o el expolio fueran tan recientes que permanecieran en la memoria colectiva como una herida abierta, esta situación deberá respetarse como legítima por ya consolidada. La tercera es que “el criterio de zonificación, precisamente por realista, resulta del todo adecuado y justo. Si hay zonas de Navarra donde el euskera es lengua viva y zonas donde ya no lo es, o nunca lo ha sido, no cabe someterlas a la misma regulación y hacer tabla rasa de semejante diferencia”. Otra cita: “La educación en euskera no es un derecho universal. Es una tesis sin fundamento sostener que en la zona no vascófona sea un derecho, además de aprender el euskera, estudiar en euskera… carecería de más propósito razonable que el de llegar a vivir en esta lengua, cuando ni el entorno cotidiano, ni la historia, ni la cultura propia de la zona no vascófona en general lo justifican”. Y, por fin: “La demanda social tan jubilosamente constatada y pregonada no acaba de ser demasiado creíble, tal vez porque es en una medida nada más que superficial e inducida, o tal vez, porque las encuestas y estadísticas que la miden resultan técnicamente deficientes”.

Algunos políticos se oponen al euskera batua y defienden sus formas dialectales. ¿Qué piensa usted sobre eso?

-El nacionalismo lingüístico defiende que el español es una lengua homogénea y que nunca se va a fragmentar, y asegura que otras lenguas no han progresado tanto porque son heterogéneas. Hay un lingüista que asegura que el euskera no es una única lengua, sino que sus variedades dialectales son siete lenguas diferentes. Pero la diversidad dialectal del español es mucho más grande que la del euskera. En la sociedad occidental en la que vivimos una lengua que quiera ser útil y respetada tiene que tener un estándar, necesita la normalización que para el euskera significa el batua unificado. Pero todas las lenguas estándar son artificiales; el español, que se hizo estándar hace siglos, también es artificial. Nadie, en ninguna parte, habla una lengua estándar. Y el español que se habla en Andalucía es tan correcto y estable como el que se habla en Castilla. El latín clásico es una lengua literaria. Cicerón en su casa no hablaba como aparece en sus escritos, sino un latín vulgar del que derivaron las lenguas romance.

¿Son superiores o mejores unas lenguas que otras?

-Hay un lingüista, López García, que mantiene que el español lo inventaron los euskaldunes, creando una lengua simplificada, para entenderse con los hablantes de lenguas romance vecinas. El español, según eso, es anterior que el castellano, pero los castellanos fueron muy listos y se apropiaron del español que les permitía entenderse con todos. Por eso el español es superior, una lengua significada, más fácil de aprender. Este catedrático de lingüística, a quien yo aprecio mucho, asegura: “El español nació como lengua de los otros, de los desheredados, que no conocían otra nación que la de ellos mismos… tal vez la única lengua natural de extensión mundial ajena a planteamientos de dominancia entre los hombres, y llamada, por tanto, a encarnar las ideas emancipadoras e igualitarias que caracterizan a la nueva sociedad”.

Otro argumento es el de las cinco vocales, título de uno de sus libros.

-Menéndez Pidal, Gregorio Salvador y otros académicos aseguran que el español, al tener sólo cinco vocales, se ha expandido porque es mucho más fácil de aprender que otros idiomas. No mencionan otro hecho, y es que, según la Gramática de la Real Academia, el español consta de 1.800 verbos irregulares. Por cierto, el euskera o el georgiano también tienen cinco vocales.

Muchos vascoparlantes han interiorizado el desprecio ajeno a su propia lengua o ideas que han escuchado, tales como “si tenemos una lengua en que nos entendemos todos, ¿para qué gastar tiempo en hablar otra”?

-Esos son los pasos iniciales para la desaparición de una lengua. El euskera no es una lengua comunicativamente menos útil que el castellano. Se trata de que más gente la use, y eso se logra mediante la inmersión lingüística. Una de las características del colonialismo lingüístico es el colonialismo mental. Mediante los medios de comunicación y otros mecanismos convence a la gente de que su lengua propia es mucho menos útil que la lengua que se impone. Eso nos lo están diciendo ahora con el inglés. Nos hacen creer que una persona puede saber mucho, haber leído mucho, hablar francés, alemán o italiano, pero… si no sabe inglés, es una especie de analfabeto. No podemos negar que el inglés es una lengua útil, pero en España no se usa. ¿Todo el mundo va a ser ejecutivo de una multinacional? El inglés ni es la lengua que habla todo el mundo en todas partes, ni es seguro que vayamos a encontrar trabajo con ella. Lo que sí es seguro es que se hacen muchos negocios con esa idea estúpida que nos han metido en la cabeza.

¿Qué piensa usted del PAI, programa de aprendizaje en inglés de Navarra? Porque se ha desatado una doble polémica, centrada en la escasa cualificación del profesorado y la intencionalidad de restar matriculación a la enseñanza en euskera.

-La objeción que yo realizo al PAI es muy sencilla. Cuando se habla de trilingüismo, se entiende el que forman castellano-euskera-inglés. Ese es un gravísimo error. Debería tratarse de castellano-euskara por un lado y, luego, lengua extranjera. El inglés es una lengua extranjera que hay que estudiar quieras o no ¿por qué?, ¿por qué no francés o alemán, u otro idioma extranjero dependiendo del perfil y expectativas del alumnado? Además, hay que aplicar una metodología propia de aprendizaje, y el inglés es una legua que aquí no se usa. El euskera, sí. Si se reducen las horas para el idioma propio, se deberían reducir las de español y no las de euskera, porque el español es una lengua dominante que no se va a dejar de hablar y el euskera no es lengua universal en Navarra y, por tanto, es la que hay que promover.

Se dice que las lenguas no tienen derechos, que son sólo de los hablantes. Pero en Navarra esos derechos están vinculados a las zonas lingüísticas donde el hablante reside. Es el único caso del Estado.

-Una lengua sólo se puede desarrollar en una comunidad lingüística, e igualmente la cultura y las tradiciones de esa comunidad. Y es clarísimo que una comunidad lingüística es objeto de derechos. Puede ser que en una comunidad humana algunos individuos se desinteresen de todo ello. Cada individuo puede hacer lo que le venga en gana. Pero los derechos son de la persona y la comunidad, y no de los territorios, porque los territorios no hablan. También es verdad que la comunidades tienen su territorios tradicionales, pero igualmente es verdad que hoy la gente se mueve mucho. Por eso es interesante que el euskera se entienda en toda Navarra, por lo menos se entienda, y haya un cierto bilingüismo. Hay que huir del gueto.

Usted defiende la riqueza verdadera de un país plurilingüe. ¿Pero qué interés tenemos, qué hacemos, por conocer y utilizar esas lenguas propias?

-El Estado Español ha proporcionado durante muchos años a sus ciudadanos una educación monolingüe, cerrada totalmente al plurilingüismo y al reconocimiento de las otras lenguas del estado. Este es un problema. Porque cuando la generación de los mayores aprendimos sólo español, esa era la única lengua obligatoria en toda nuestra geografía. Pero la situación ha cambiado. Ahora resulta que hay otras lenguas que nos son reclamadas cuando vamos a determinados territorios. Y resulta que, en vez de quejarnos de la educación monolingüe recibida durante el franquismo, nos quejamos de la disposiciones de la nueva realidad. Pero es que en la Radio y Televisión Españolas, corporación publica, sólo se puede escuchar las lenguas autóctonas dentro de algunos territorios. No es posible escuchar en todo el Estado ni catalán, ni euskera, ni gallego.

*El madrileño Moreno Cabrera es vascoparlante y logró el Premi Ramón Llull por sus contribuciones académicas en la “defensa de la igualdad y dignidad de todas las lenguas”

Publicado en Diario de Noticias

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