POR TOMÁS URZAINQUI MINA
Asistimos a un segundo acto de la representación de la nueva comedia montada por el circulo
que monopoliza el poder en Navarra, al menos desde 1982, sin duda azuzados por el previsible
desplome de su chiringuito. En este caso los impostores medallistas son los que deciden otorgar
unas medallas, no los agasajados con las mismas. El primer acto ha sido el recientísimo anuncio
de la retirada de Barcina. A continuación nos salen con que van a otorgar las medallas de oro de
Navarra a Félix Huarte y a Miguel Javier Urmeneta, que ante la postergación que el Gobierno de
Franco había hecho con Navarra al no incluirla en los Polos de desarrollo industrial, planificaron y
desarrollaron la industrialización desde la Diputación de Navarra. En realidad, la gran impostura
de los avispados medallistas, consiste en la pretensión de apuntarse el tanto del otorgamiento de
las medallas, como si ellos hubieran sido los continuadores de ambas personalidades en la tarea
de la industrialización de Navarra. De eso nada, pues fue todo lo contrario, el actual gobierno
medallista de UPN tiene su origen no en el Palacio de la Diputación y si en el del Gobierno Civil.
Fue el partido único franquista, causante del genocidio iniciado en 1936, llamado del Movimiento
Nacional, cuya sede estaba en el Gobierno Civil -de donde provienen los dirigentes claves de los
partidos UPN y PSN- y donde se decidió que los dos mencionados Diputados Forales eran
demasiado navarros por lo que había que poner fin a su influencia política, buscando quitarlos
como miembros de la Excma. Diputación Foral de Navarra. Que ahora se quieran vestir con los
méritos de los que también fueron sus víctimas políticas, es una muestra más de la verdadera
catadura de este caduco régimen seudonavarrista.