Tiranía o Libertad, y no es una pregunta, es un enunciado, una elección que todos deberemos hacer a no mucho tardar. El marco de las luchas sociales del siglo XXI no se va a desarrollar entorno a conceptos decimonónicos empleados en el siglo XX como ha sido la lucha entre la izquierda y la derecha, entre el conservadurismo y el progresismo. Seguirá siendo una lucha entre los que están abajo y los que están arriba, pero el marco, los conceptos, serán distintos.
No podemos seguir hablando de unos mandatarios conservadores cuando continuamente están descubriendo nuevos mecanismos de opresión, nuevas formas de eliminar libertades, nuevos modelos de subyugación de la población mundial a los intereses de unos pocos. La propia redacción del TTIP es un claro ejemplo de esta innovación e ingeniería de la opresión.
Y la izquierda que parece resurgir, sin embargo, ya está diciendo que no es de izquierdas ni de derechas. Se aspira por tanto a gobernar al conjunto de la sociedad. Se están planteando no ya modos en que una parte de la sociedad gobierne toda la sociedad según sus criterios, sino criterios de gobierno válidos para el conjunto de la sociedad se pertenezca al credo, ideología o etnia que se pertenezca.
Por una parte por tanto tenemos a unos que quieren un gobierno global para poder sacar ventaja a su antojo y controlar a la población, y otros que buscan gobernar para el conjunto de la población, sin distinción de ningún tipo.
La cuestión es, si uno quiere o no ser gobernado por otro. El grado de tiranía puede ser tremendamente obsceno o increíblemente sutil, practicándose sin darnos cuenta. Ser gobernado por otros o gobernarse a sí mismo. Eso es elegir entre Tiranía y Libertad.
No es una elección que esté por venir, es una lucha que se está produciendo en estos mismos instantes en un lugar que nos es tan lejano como el Kurdistán, en ciudades como Kobane, de las que poco se oye hablar. En un artículo de Lluis Miquel Hurtado del pasado 3 de Febrero, éste describía la situación de las guerreras kurdas en Kobane. Y digo guerreras porque no me parece apropiado hablar de soldados. No esperan una soldada, no luchan por un sueldo, o porque sea su profesión. Luchan porque o pelean o mueren. O se defienden de la tiranía o son esclavizadas, violadas y torturadas. Su lucha es una lucha entre la Tiranía y la Libertad. Una de ellas, Viyan, decía: “Aspiro a que mi libertad consista en ser libre de mente”.
Es una lucha por la libertad Externa pero partiendo de la libertad Interna, como mujeres libres e iguales, frente a quienes las quieren sumisas y esclavas.
Nosotros mismos, la ciudadanía del estado de Navarra, deberemos también elegir entre Tiranía y Libertad, entre ser opresores o libertadores, entre ser cómplices del verdugo o aliados de quienes luchan por la “libertad de mente”. De ninguna otra manera que como estado independiente y libre seremos capaces de afrontar los retos del nuevo siglo, pero para ello deberemos recauchutar nuestras cabezas, deshacernos de los esquemas que entorpecen nuestro avance, y dotarnos de las herramientas para defender nuestros derechos y libertades.
Y una última cosa. Igual que esas mujeres que sin tener ningún interés por la lucha armada se ven abocadas a coger un rifle y defender a su gente y a su género, requeriremos de grandes dosis de valentía. Los antiguos romanos tenían un proverbio que decía “Timidi mater non flet” (la madre del cobarde no llora), con lo que lo fácil como siempre es quedarse en casa. El problema es que, ¿hasta cuándo seguirá siendo lo fácil? ¿Hasta qué momento podremos aguantar? ¿Debemos esperar hasta ese momento? ¿O debemos ya, desde este mismo instante plantarnos y decir no? Decir no al TTIP, decir no a quienes quieren imponer las leyes sin la aprobación de la ciudadanía, decir no a quienes quieren impedir la participación directa en política, decir no a quienes quieren privar de su libertad a un Estado y su ciudadanía navarra, decir no al totalitarismo religioso, étnico o cultural. Decir sí a la cooperación internacional entre sociedades, decir sí a la participación directa de la ciudadanía en política (como lo hacían nuestros mayores y mejor aún), decir sí a los Derechos Humanos, decir sí al Estado de Navarra, decir sí al respeto y la convivencia. Decir no a la Tiranía. Decir sí a la Libertad.
Publicado en el Diario de Noticias