Desde hace meses, el ocaso del bipartidismo en Navarra lleva a los partidos tradicionales o que detentan mayorías en las cámaras legislativas a despreciar a las formaciones emergentes, estableciendo así un baremo entre siglas buenas y malas. Libertad navarra destaca la capacidad de transformación social de los nuevos partidos que irrumpen en un escenario electoral afectado tres lacras: el desgaste, la corrupción y el descrédito de la clase política a ojos de una sociedad cada vez más descreída. Es el caso de Ln, formación que salta a la arena política provista de un mensaje claramente rompedor, en cuanto revolucionario, inconformista e iconoclasta.
Por ello mismo, la formación independentista critica la clásica apelación que algunos partidos mayoritarios hacen a favor del voto útil. A juicio de Ln, dicha llamada enmascara las carencias de formaciones anquilosadas que, lejos de propiciar el cambio sociopolítico, sólo pretenden perpetuarse en el poder. Aunque aún peor es la actitud beligerante de algunos medios de comunicación contra Libertate nafarra, no tanto porque desautoricen sus postulados políticos, sino porque, sencillamente, los silencian. Así, desde Ln se denuncia el napartheid del que está siendo objeto: la pertinaz sequía informativa que, salvo honrosas excepciones, sufre desde el comienzo de la campaña electoral. Un napartheid menos notable en el caso de Nafarroa Garaia, donde medios de comunicación de gran difusión han dedicado algunas líneas al partido; pero realmente agresivo por lo que se refiere a las grandes cabeceras de Araba, donde la censura mediática ha sido absoluta. Algo similar ha sucedido en Gipuzkoa, a excepción de algunos medios de escasa difusión en el corazón de este territorio.
A juicio de Libertate nafarra, silenciar una formación que detenta un discurso político serio y asentado es un flaco favor que hacerle a la democracia que anhelamos. De hecho, Ln considera que una sociedad informada puede tomar decisiones con mayor responsabilidad y acierto.