POR AITZOL ALTUNA ENZUNZA*
Hoy por hoy, el coeficiente del Cupo es del 6,24% (1,6% para la CFN), es el porcentaje en el que la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) y la Comunidad Foral Navarra (CFN) financian los gastos del Estado no asumidos. A comienzos de los 80 este 6,24% era una cifra intermedia entre la participación de la renta de la CAV en el conjunto de España y su relativa población. Se trataba de algo intermedio entre la aportación en proporción a la renta y la aportación en proporción a la población.
El paso del tiempo, con la pérdida de renta relativa de la CAV, ha hecho que este coeficiente del 6,24% sea incluso superior al de la renta relativa de la CAV. En 1996 con el cierre masivo de empresas por el PsoE (irónicamente llamado re-conversión industrial), la participación del PIB de la CAV en la del conjunto del Estado español era del 6,10% y la población del 5,3%. Pero la situación mejoró y en el 2003 era del 6,38%, para bajar y salir perdiendo actualmente (2016) pues se sitúa el PIB de la CAV en el 6,1 del español y la población ha caído al 4,6% del total.
El cupo se recalcula mediante leyes quinquenales sobre un año base. El Cupo, en épocas de crisis es una rémora importante para la recuperación de la economía vasca, al ser una porcentaje fijo y no en función de la renta anual.
Pero es en los diferentes ajustes donde salimos perdiendo. En los pagos entre Haciendas Forales y la Hacienda Central, algunos ingresos se compensan con transferencias directas, por un lado está el ajuste por impuestos indirectos concertados (IVA e impuestos especiales) que siendo de personas físicas o jurídicas que tributan en la CAV se producen fuera de la misma, y por otro, la participación de los Entes Locales en los ingresos no concertados (impuestos municipales). El IVA vasco, por tanto, se recauda en parte por las arcas españolas.
Tras los ajustes de IVA e Impuestos especiales, Tesorería de la Seguridad Social y otros (Compensación a Alaba en el Cupo, participación de Entes Locales en los ingresos no concertados, Acuerdos y Convenios), el Cupo puede dar como resultado a favor o en contra de la CAV. Que el saldo sea favorable a la CAV no significa que el Estado esté financiando a la CAV, sino que lo que el Estado recaudado en la CAV (o de residentes en la CAV) es mayor que la parte del gasto que realiza en la CAV (es como cuando en el IRPF te da a devolver, ya te lo habían quitado antes).
Respecto a los impuestos no concertados:
El 96% de los impuestos están concertados (en número) pero suponen sólo el 62% de los ingresos fiscales. Del total de impuestos, el 84,3% los recaudan directamente las Haciendas Forales. El 11,7% restante son impuestos indirectos pagados por los residentes en la CAV, que debido al diseño de puntos de conexión, son recaudados por el gobierno español. Por ello, el gobierno español realiza una transferencia a la CAV por la cuantía correspondiente. Finalmente, el 4% de los impuestos no están concertados y se compensan vía Cupo, es decir, los recauda la Hacienda Central y se restan del Cupo a pagar por la CAV.
La parte fundamental de los ingresos no concertados constituyen las Cotizaciones a la Seguridad Social, que representan el 90% de los servicios no concertados (si exceptuamos otros importantísimos impuestos especiales como carburantes, tabaco, alcohol etc.). Las Cotizaciones Sociales son las que financian las pensiones, el desempleo (el INEM), parcialmente la Sanidad y algunos servicios Sociales. Además de las Cotizaciones a la Seguridad Social, quedan en manos de la Hacienda central española, las retenciones a funcionarios estatales y del capital suponen un 7% y el 3% restante son otros servicios no concertados.
La conclusión es que las transferencias importantes que quedan son las de pensiones y desempleo y que el total no controlado por las Haciendas vascas supone el 38% de los ingresos.
Las transferencias no transferidas serían según el Gobierno Vasco las de:
Trabajo, Empleo y Seguridad Social:
1. Prestaciones por desempleo (INEM, hoy ya está transferido como LANBIDE)
2. Promoción y gestión de empleo (INEM)-Políticas activas de empleo hoy ya está transferido como LANBIDE).
3. Formación Profesional ocupacional (hoy ya está transferido como LANBIDE).
4. Regulación de empleo.
5. Instituto Nacional de la Seguridad Social.
6. Instituto Social de la Marina.
7. Gestión del régimen económico de la Seguridad Social.
8. Centros de investigación y asistencia técnica (CIAT)-Seguridad e higiene en el trabajo.
9. Inspección de trabajo.
10. Fondo de Garantía Salarial.
Infraestructuras:
1. Meteorología.
2. Autopistas.
3. Aeropuertos.
4. Puertos de interés general.
5. Transporte marítimo fluvial.
6. CEDEX (Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas).
7. Ferrocarriles.
8. Transporte por carretera.
9. Salvamento marítimo.
Económica-financiera
1. Crédito y Banca.
2. Seguros.
3. Crédito oficial.
4. Mercado de Valores.
Industria:
1. Administración institucional del Ministerio.
2. Sector público estatal.
3. Hidrocarburos (petróleo y gas).
Educación, universidades e investigación.
1. Investigación científica y técnica.
2. Convalidaciones de estudios y reconocimiento de estudios en centros extranjeros radicados en la CAV.
3. Enseñanzas y titulaciones náutico-pesqueras.
4. Docentes dedicados a las enseñanzas de religión.
5. Docentes adscritos a centros penitenciarios.
Interior.
1. Funciones ejecutivas relativas a la matriculación y permisos de circulación de vehículos así como de permisos de conducción.
2. Servicios privados de seguridad.
3. Régimen municipal electoral.
Justicia.
1. Centros penitenciarios.
Cultura.
1. Archivos de titularidad estatal.
Turismo, Agricultura, ganadería, pesca y alimentación.
1. FROM
2. Inspección pesquera.
3. Seguros agrarios.
Respecto a los impuestos recaudados por las Haciendas Forales.
Aunque son las Haciendas Forales las que recaudan estos impuestos, no hay autonomía fiscal en: Primas de Seguro, Impuestos Especiales y Tasas de Juego. Lo cual supone un caudal de dinero enorme generado por los vascos y no controlado por nosotros.
La autonomía fiscal de la CAV es en teoría plena en IRPF (salvo retenciones de capital y tributación de no residentes), en Patrimonio, en Sucesiones y Donaciones Transmisiones y ADJ (excepto en operaciones societarias y letras de cambio y documentos equivalentes) y en el Impuesto de Sociedades de empresas que tributen plenamente en la CAV más del 25% (aunque sean extranjeras, no en las que tributan en cifra relativa menor).
Por el Impuesto de Sociedades tributan exclusivamente en la CAV las empresas vascas que producen toda su producción en la CAV o las que, teniendo más de un centro de producción, facturan menos de 500 millones. El resto tributa en la CAV por la parte de producción que realiza en la misma. No obstante, si esta producción supone más de un 25% de la producción total, se aplica la normativa foral, en otro caso la española general. Es así como ingentes cantidades de impuestos que no pagan aquí las multinacionales y las empresas españolas salen de la CAV.
El diseño de puntos de conexión plantea algunos problemas: hace que a empresas muy parecidas se les aplique diferentes tasas dependiendo de su producción en la CAV. Se producen ineficacias en las retenciones, al quedarse las Haciendas con las retenciones que corresponden a la renta generada en su Territorio y devolviendo las retenciones que ha realizado a sus residentes de cualquier otra Administración. En el Impuesto de Sociedades, la presión fiscal viene a ser un 25% menor que la española, algo parecido a lo que ocurre con el Impuesto de Sucesiones y Donaciones.
En cuanto a la presión fiscal por IRPF en la CAV y la CFN, en términos nominales es inferior a la de España, pero al ser más progresiva y gravar más las rentas más altas, en términos del cociente recaudación entre PIB, la presión fiscal real es mayor. A esto contribuye una mejor gestión de recursos y un menor fraude fiscal a lo que se añade una mayor renta media que la española. Después de hacer todos los ajustes pertinentes para poder hacer comparaciones, la conclusión es que la presión fiscal ha sido entre un 1 y un 2,5% en la CAV y CFN superior a la media española en los últimos años, hasta llegar a estar sobre el 24% frente al 21,5% español, lo que debiera de traducirse en unas mejoras sociales mayores, hecho que se ve truncado por tener que pagar el Cupo a comunidades con menor presión fiscal.
También se incentiva la emisión de la Deuda Pública en exceso que pagamos entre todos, siendo escandaloso la deuda emitida para rescatar a los bancos españoles y que se paga entre todos cuando las Cajas vascas no han participado de estos excesos La Deuda emitida en la CAV genera unas retenciones que cobran sus Haciendas Forales, pero las que sus residentes generan al comprar Deuda del Estado tienen que traspasarlas a la Hacienda Española Estatal.
Algunos economistas han hecho números y aunque han pasado unos años, son muy elocuentes: “En los últimos cuatro años, el pago del cupo líquido abonado por Hego Euskal Herria (nos referimos a transferencia directa de dinero, sin tener en cuenta lo que cobra Madrid por otras vías) ha ascendido a casi 5.000 millones de euros (más de 800.000 millones de pesetas). Además, vía Seguridad Social, INEM y Formación Continua (llamada HOBETUZ, recientemente y sólo parcialmente a transferida), hemos aportado de más (diferencia entre lo que hemos aportado y lo que hemos recibido), sólo en Bizkaia, Araba y Gipuzkoa, 2.396 millones de euros (398.660 millones de pesetas). En los años que van desde 1998-2001, sólo por lo aquí señalado, Madrid se ha embolsado netos más de 1,3 billones de pesetas”.
Es evidente que el coste de seguir nuestro Estado invadido es muy alto tanto en el porcentaje de la renta per cápita como en el bienestar social para los ciudadanos nabarros, pues impide en el plano económico como lo hace en el social el pleno desarrollo de los potenciales de nuestro Pueblo.
Publicado en Lehoinabarra.blogspot.com