POR JOSE LUIS YABEN
Aunque las circunstancias políticas actuales y los ritmos democráticos de ambas sociedades no están al mismo nivel, sí existen puntos comunes como el derecho humano a la libre decisión de las sociedades nacionales privadas de libertad por la conquista continuada, en este caso, en Europa occidental.
En el Código Civil se permite dejar de ser español. El debate en Catalunya es sobre el territorio catalán, actualmente bajo el mando español.
Esto es, si una parte de españoles se pueden apropiar unilateralmente o no de una parte de ese territorio catalán. Y, en consecuencia, impedir que allí se aplique la ley del pueblo catalán. Es un tema de soberanía territorial. Y la soberanía territorial son derechos que se ventilan principalmente con argumentos históricos.
Respecto a Vasconia o Nabarra, esos argumentos históricos están reflejados en la historia propia del Reino; desde los vascones, con su capital Iruña, con más de dos mil años de existencia.
El mapa político más antiguo que se conoce de Vasconia o Nabarra se dibujó hace mil años en el monasterio de Saint-Sever (Las Landas) y refleja la localización de aquella época de los pueblos europeos. Estuvo integrada totalmente en la vida política de la Europa romana durante setecientos años, y otros trescientos más enfrentada a los nuevos poderes germánicos, visigodos y francos tras la caída de Roma.
Contaba con su derecho pirenaico específico en Europa. Tras este milenio de andadura surgió en su seno el Reino de Pamplona, después llamado Reino de Nabarra, desde el Adour hasta el Ebro.
“Nabarra fue pueblo, nación y estado, asístele pleno y absoluto el derecho a la vida nacional que le han arrebatado”. (Así lo describía Arturo Campion) .
El día 2 de febrero de 1231 se reunieron en Tudela el rey Jaume I en representación de Catalunya, y Sancho VII, por Nabarra, con el fin de acordar medidas a adoptar para hacer frente a las agresiones que eran víctimas ambos estados pirenaicos.
Sería aconsejable y fundamental que hicieran lo mismo, en los momentos actuales, los dirigentes catalanes y navarros, formalizando un proyecto de proceso constituyente, como sujeto político nacional e internacional que ostentan la legitimidad, legalidad, unidad, territorialidad, jurisdicción, sociedad y soberanía de ambos estados; que realicen un llamamiento a ciudadanas y ciudadanos de ambos estados, en fraternal complicidad, y que unan sus fuerzas por la recuperación de sus soberanías conquistada y continuamente negada.
Publicado en Diario de Noticias