POR JOSEBA SANTAMARIA
Ya se sabe que a la caverna mediática de Madrid le gusta campar a sus anchas por Navarra. Hasta ahora lo ha hecho sin vergüenza alguna. En buena medida porque se ha sentido segura de tener la complicidad del viejo régimen con su estrategia de manipulación política y agitación social. Y a ello siguen dedicados con nuevos bríos casposos tras el cambio democrático. Un panfleto ultra, que ya fracasó estrepitosamente en su intento de aparentar ser un periódico, publica una información en la que se refiere a un instituto de la red educativa de Navarra como proetarra. Es inaceptable. No porque oculte que el premio al que alude fue una decisión del anterior Gobierno de UPN, sino porque es una información falsa que imputa un delito grave a toda una comunidad educativa y a las propias instituciones navarras. Son mentiras vergonzantes que atacan a la credibilidad e integridad personal, profesional y ética de los afectados. En el ámbito de las libertades de información, expresión, crítica y opinión se puede errar, meter la pata o cometer torpezas. Pero hay límites de garantía democrática que no se pueden traspasar. La vía judicial civil está ahí, y, al menos en el caso del instituto señalado, el Gobierno debiera actuar por respeto al profesorado, alumnos y familias. Y también por respeto a la memoria de su exdirector, ya fallecido, Pedro Otaduy.
Publicado por Diario de Noticias