POR PELLO GUERRA
Estamos viviendo una campaña que se puede calificar de digital. A pesar de que no faltan los mítines y los actos a pie de calle con atrezzo portátil, lo cierto es que las redes sociales se han convertido en el nuevo campo de batalla electoral. A través de Facebook o Twitter, los candidatos muestran públicamente los actos que realizan para captar el voto, lanzan sus mensajes e incluso contestan de manera inmediata a los cabezas de lista de otras formaciones por comentarios que han realizado. Así, se ha llegado a una especie de debate virtual en el que no rigen las normas electorales que sí controlan, y mucho, otros espacios más tradicionales.
Uno de ellos es el de las farolas y las marquesinas en las que colocar carteles electorales. Parecía que en una campaña tan 2.0, algo casi antediluviano como colgar una foto del candidato o candidata en una farola estaba trasnochado. Pues de eso, nada de nada. Es más, resulta que cada luminaria cuenta y tiene muchísima importancia, al menos para UPN.
El pasado 29 de abril, la Junta Electoral de Zona de Iruñea realizó la distribución de emplazamientos para propaganda electoral en la que se asignaban a los partidos presentados 588 farolas para banderolas y 184 marquesinas. El reparto se realizó en función del número de votos obtenidos en anteriores elecciones y, conforme al principio de igualdad de oportunidades, se otorgaba espacios a las formaciones que no habían concurrido en el último proceso plebiscitario.
En ese reparto, UPN se llevó casi el 20% del pastel, ya que le fueron asignadas 113 farolas y 38 marquesinas. En principio, podría parecer que era más que suficiente para un partido que cuenta con tantos medios con los que convencer al electorado, pero los regionalistas son insaciables y querían más. Así que presentaron un recurso en el que pedían que se repitiera la asignación.
Varias formaciones presentaron una alegación, pero su protesta no sirvió de nada. Al menos así lo ha denunciado Libertad Navarra-Libertate Nafarra, que de tener asignadas siete farolas (1,1% del total) y siete marquesinas (3,8% del total), tras ser atendida la reclamación de UPN, se ha quedado sin farolas y con seis marquesinas, el 0,7% del total de espacios. En vista de la cifra, parece que ese supuesto principio de igualdad de oportunidades brilla por su ausencia y que hasta en las farolas impera la ley del más fuerte.
Publicado en Naiz