Aquí, donde ahora estamos, se erigió por todo
el pueblo navarro este Monumento a los Fueros, y hoy, 3 de diciembre de 2013, a las 13 horas,
en el Día de Navarra, 110 años después, descubrimos que, el motivo por el cual todavía no
haya sido inaugurado, esta escrito en el mismo, donde podemos leer que se levantó «para
simbolizar la unión de los navarros en la defensa de sus libertades, libertades aun más dignas de
amor que la propia vida».Evidentemente los continuados conquistadores, que son los que aquí
aún secuestran el Poder, no quieren que los conquistados se den cuenta de que están privados
de sus libertades individuales y colectivas. Los Fueros son los Derechos, civiles y políticos,
vitales por imprescindibles, de la sociedad navarra.. Son la libertad, legalidad, igualdad,
democracia directa, justicia, constitución e independencia en el Estado propio de Navarra.
Tanto es así que, si unos mal llamados fueros han sido impuestos a los navarros conquistados,
no son fueros y resultan nulos por antiforales y tiránicos. La verdadera confrontación aquí
existente no es españolismo contra vasquismo, sino la de la sociedad española conquistadora
contra la sociedad navarra conquistada.
La conquista de Navarra continúa hoy desde
1200, 1512 y 1620. La conquista resulta un crimen continuado, el mayor crimen contra la
humanidad, por su repercusión sobre la libertad y la integridad, física y psíquica, de toda la
ciudadanía, que queda indefensa ante reiteradas agresiones como: El engaño del inexistente
pacto foral. El síndrome del conquistado, por el que -como en el de Estocolmo- se llega a
desarrollar complicidad con el conquistador. La falta de democracia, pues se le impide al pueblo
conquistado votar sobre decisiones político-institucionales trascendentales para el mismo, como
lo fue el desmantelamiento del sistema jurídico estatal de Navarra, que se hizo sin la
intervención de nuestras Cortes en 1841, o el llamado Amejoramiento de 1982. La suplantación
y minoración de los Fueros. La partición social y territorial, llegando a la negación de la
existencia política de la sociedad conquistada navarra, aunque es diferente a las de sus
conquistadoras. El expolio fiscal, mediante un denominado convenio económico y su cupo, que
en la práctica es un saqueo sin contrapartidas. El apartheid lingüístico, con la zonificación
territorial contra el euskara, La apropiación y venta de la CAN, sustrayendo a Navarra su
entidad bancaria pública. Supeditación de la economía a intereses de fuera y brutal crecimiento
del paro. Privación de medios de comunicación públicos, ilegalidad de TV y radios en euskara.
Construcción por intereses ajenos de presas para trasvases. Sometimiento religioso a la Iglesia
española.
Por todo ello, el mar de banderas de Navarra que ondeaban sobre las
cabezas de decenas de miles de ciudadanos en Iruña, el dia 16 de junio del año pasado, fue
reivindicando la recuperación de la independencia, en memoria de los quinientos años del
inicio de la conquista de 1512. La desconquista es indispensable para tener la normalidad
democrática, la dignidad, la igualdad, los derechos, la Libertad, los Fueros y la Independencia.
La desconquista interna, para no padecer el síndrome del conquistado y para poder participar,
administrar, gestionar, legislar, decidir, enseñar, estudiar, investigar, recordar, defender, guardar,
crear, curar, sanar, prevenir, ahorrar, planificar, organizar, juzgar, hablar en euskara, pensar,
rezar, amar, ayudar, divertirse, …, sin subordinaciones a otras sociedades estatales ajenas. La
desconquista externa, para recuperar la independencia y volver a tener relaciones de igualdad y
solidaridad con el resto de las naciones del mundo.
Tomás Urzainqui Mina
El pregón de la desconquista.
El historiador Tomas Urzainqui fue el encargado de leer un pregón que giro entorno a la importancia «de la desconquista para tener la normalidad democrática, la dignidad, la igualdad, los derechos, la libertad, los fueros y la independencia». Urzainqui afirmo que «la verdadera confrontación no fue el españolismo contra el vasquismo, sino de la sociedad española conquistadora contra la sociedad navarra conquistada» y reivindico los verdaderos Fueros y no «los impuestos a los navarros conquistados, que resultan nulos por antiforales y tiránicos».
Para el historiador, es necesaria «la desconquista interna y externa», pero sobre todo la primera: «Una sociedad que se reconozca así misma como es, que no tenga el síndrome del conquistador y no busque una justificación colectiva». El pregonero hizo hincapie en que «los Fueros son nuestros derechos civiles y políticos, porque en ellos se haya la legalidad de nuestra sociedad».