Los hechos que están sucediendo en ambas ubicaciones en Navarra y Cataluña, tienen más proximidad de la que a primera vista aparentan. En la dominación y consiguiente subordinación que ambas sociedades padecen, donde se encuentra el paralelismo principal, por ser la conquista continuada la causa común en ambos casos, aunque aparentemente les separan la diferencia de los electos.
La supuesta desobediencia al Tribunal Constitucional por la realización del referendum del 9 de noviembre en Cataluña, o el supuesto atentado y desobediencia a la autoridad en el caso del altercado en el bar de Alsasua, descansan sobre las violentas y expresas suplantaciones de la legalidad legítima propia de Navarra en 1841 y de Cataluña en 1714, sustituidas a la fuerza por la legalidad ajena e impuesta de España.
Mientras que en el caso de Cataluña, la legítima defensa mediante el ejercicio de la propia legalidad, se practica desde las instituciones y la sociedad, en Navarra no se ha alcanzado esa necesaria unidad.
